Te indignas, te cabreas, flipas un poco, pero ya te han jodido. Se acercan las navidades, los turrones, las comidas descomunales, los polvorones de Nutella, los antiácidos, calorías y más calorías. Y te entra la neura. Y decides hacer una pequeña (pequeña, tampoco hay que cargar las tintas) dieta preventiva en previsión de lo que vendrá. Te asomas a la nevera, apartas dolorosamente la vista del estante de los quesos y ¡mira! en el cajón de las verduras, entre otras joyas hay un calabacín precioso, así que vamos a hacer una crema de calabacín. Pero como una cosa no quita la otra, vamos a hacer una crema de calabacín deliciosa. Y no exagero.
Necesitaremos:
- Un calabacín mediano.
- Una patata tirando a pequeña pero sin pasarse.
- Una cebolla mediana.
- Un puerro.
- Una cucharada de yogur griego.
- Sal y pimienta.
- Agua o caldo de pollo o verduras.
- Un chorrito de aceite de oliva.
- Cortamos la cebolla y el puerro en juliana fina y los ponemos a rehogar a fuego lento en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Salpimentamos.
- Cuando la cebolla y el puerro están transparentes añadimos la patata cortada en dados y dejamos que se haga un poco, siempre a fuego lento.
- Dejamos la patata como tres o cuatro minutos y añadimos el calabacín también cortado en dados.
- Seguimos a fuego lento unos minutos más mezclando bien todos los ingredientes.
- Todo esto lo haremos con la cazuela tapada para conservar los líquidos de los ingredientes.
- Cuando el calabacín empiece a coger algo de color añadimos el caldo o el agua. No demasiado, apenas lo justo para cubrirlo todo.
- Dejamos cocer, siempre a fuego lento hasta que al pinchar la patata la notemos blanda.
- Retiramos, añadimos la cucharada de yogur y trituramos bien con la batidora. Si no nos gusta una crema lo más fina posible y sin tropezones, la pasamos por el pasapurés. Personalmente yo prefiero que tenga algo de textura.
- Corregimos de sal, dejamos que haga chup chup un par de minutos más, y listo para servir.
- Obviamente, mejor usar caldo que agua, pero con agua también queda bien.
- El verdadero secreto para conseguir una crema de verduras realmente sabrosa está en rehogar a conciencia los ingredientes antes de añadir el caldo o el agua y poner a cocer. Necesitaremos muy poco aceite con lo que el aporte calórico será mínimo y el sabor mejorará mucho. Cuesta un poco más que sumergirlo todo en agua y dejarlo hacer, pero el resultado no se puede comparar.
- La sal en la cocina funciona como intensificador del sabor. En esta receta, al rehogar los ingredientes conseguimos remarcar los sabores y así nos podemos permitir usar menos sal.
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