jueves, 25 de septiembre de 2014

El pan milagro.

Los fundamentos de Internet son el porno y ... ¿qué era lo otro? A ver... lo tengo en la punta de la lengua. ¡Ah sí! La difusión libre del conocimiento. Quienes hacemos este blog, en nuestra faceta de cocinillas le debemos mucho a Internet, así que hemos decidido que ha llegado el momento de devolver un poco de lo mucho que hemos recogido. Como somos gente sencilla nuestras recetas también lo serán, pero ojo, no se debe confundir sencillez con simpleza. Y hablando de eses, podemos afirmar que nuestras recetas se podrán definir con cuatro grandes eses: sencillas, sabrosas, sanas y sorprendentes... hombre, lo de sorprendentes igual no se cumple siempre, pero bueno, qué se le va a hacer, al fin y al cabo la capacidad de sorprender de una fabada es limitada. Puede que caiga también alguna receta más complicada, pero que no cunda el pánico, avisaremos cuando eso ocurra. Cuando hagamos recetas inspiradas o sacadas de otras páginas o blogs lo mencionaremos y pondremos el enlace pero el material gráfico será siempre nuestro.


La receta de inauguración es un buen ejemplo de nuestra filosofía de sencillez. Se trata de un pan cuya elaboración requiere poco tiempo y ninguna habilidad y con el que podremos hacernos los chulos en cualquier reunión de cocinillas. Nos hablaron de él unos amigos de Barcelona que nos visitaron este verano y es conocido como "pan milagro" porque parece mentira que algo tan fácil quede tan bien. Seguramente el gran Falsarius Chef lo definiría como pan impostor. Vamos a ello:

Necesitaremos:
  •  Un recipiente de "Pyrex" con tapa o una cazuela de hierro fundido.
  • 150 g. de harina integral.
  • 160 g. de harina de fuerza.
  • 175 ml. de agua.
  • 20 ml. de aceite de oliva.
  • 15 g. de levadura fresca de panadería.
  • 1 cucharadita (de las de postre, unos 10g.) de sal.
Ingredientes.
Y ahora la elaboración por pasos:
  • Ponemos todos los ingredientes en un bol y los mezclamos amasando durante unos diez minutos. No vale hacer trampa y parar cuando veamos los ingredientes integrados. Hay que meterle caña durante diez minutos. ¿Por qué? No te preocupes por eso, son cosas del pan. Con el amasado habremos obtenido una masa de aspecto terso y que no se pega a las manos.
  • Con ella formaremos una bola que untaremos con un poco de aceite, espolvorearemos con harina y le haremos unos cortes como los de la foto. Así obtendremos ese aspecto rústico tan molón con el que sueña cualquier pan que se precie.
  • Ponemos un trozo de papel de hornear forrando la base del recipiente que vayamos a utilizar y metemos dentro la bola de masa.
  • Tapamos el recipiente y lo introducimos en el horno sin precalentar a 220º C.  durante 40-50 minutos.
Ojo cuidao:
  • Lo de 40-50 minutos de horno no es indecisión, es que cada horno es distinto y tendremos que ajustar los tiempos usando el método científico, o sea: prueba-error.
  • Lo de los tiempos vale también para la temperatura.
  • Si queremos una corteza doradita y crujiente, destaparemos el recipiente durante los diez últimos minutos de horneado.
  • Este pan no necesita de los complicados procesos de amasado, levado y vuelta a amasar. El proceso de levado tiene lugar dentro del recipiente a medida que se va calentando el horno, por eso no hay que precalentar.
  • Si no tenemos harina integral podemos completar la cantidad usando harina normal.
  • Si tenemos el día virguero podemos añadir a la masa semillas, nueces, trozos de chorizo, ... el infinito es el límite.
  • Si tenemos el día extremadamente virguero podemos espolvorear la bola final con un poco de sal gruesa.


La bola antes de meterla en la olla.

Listos para tapar la olla.

El resultado. En la foto no se aprecia pero el pan ha doblado su tamaño con respecto a la foto anterior.

2 comentarios:

  1. Hostia, Nacho, qué fallo. Me he pulido tu comentario por error. Esto me pasa por usar la tableta para estas cosas con mi problema de dedos gordos. En fin... que gracias por todo y que si quieres mandar alguna colaboración, aquí tienes tu casa.

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