miércoles, 1 de octubre de 2014

Solomillo de cerdo en escabeche.


Hasta el cocinillas más extremo tiene días de bajón en los que cuando llega la hora de cenar se dice: joder, hoy no me apetece nada meterme en la cocina. Las personas normales cogen una pizza precocinada, la meten al horno o peor, al microondas y no se calientan más la cabeza. Bueno, es una opción, pero un cocinillas no es un verdadero cocinillas si deja entrar en su casa alimentos precocinados. Un cocinillas como es debido, tiene en la nevera platos como el que vamos a cocinar hoy para solventar estas situaciones.


Hoy nos vamos a marcar un solomillo en escabeche y me gustaría dedicarle esta receta a uno de los cocineros más jrandes que ha dado esta fecunda tierra: Falsarius Chef, el único tío en el mundo que ha tenido los santos cojones, con perdón, de escabechar unos mejillones en escabeche. Chúpate esa, Ferrán Adriá. En un mundo en el que cada día proliferan cocineros estrella de rictus serio, culo prieto y encantados de haberse conocido, Falsarius es un soplo de aire fresco con su nariz de pega, su estilo cachondo y sus recetas impostoras. Que ojo, no digo que esos cocineros tan serios no sean unos grandes profesionales capaces de hacerte llorar de placer con unas simples verduras salteadas, digo que también viene bien echarse unas risas de vez en cuando. Y no hay risas más sanas que las que te echas riéndote de ti mismo.

Pero vamos con el solomillo que me disperso.

Necesitaremos:
  • Dos solomillos de cerdo.
  • Una cebolla mediana.
  • Medio puerro.
  • Dos zanahorias.
  • Una cucharada sopera de pimienta negra en grano.
  • Una hoja de laurel.
  • Cuatro dientes de ajo limpios y sin pelar.
  • Una pizca de canela molida (como la puntita de una cucharilla de café).
  • 100 ml. de aceite de oliva.
  • 150 ml. de vinagre.
  • 300 ml. de vino blanco.

Vamos con la elaboración:
  • Vertemos el aceite en una cazuela baja y doramos los solomillos salpimentados junto con los dientes de ajo. Si son demasiado grandes los podemos cortar por la mitad. Mientras tanto
  • Cortamos la cebolla en juliana no demasiado fina y el puerro y la zanahoria (previamente pelada) en rodajas.
  • Cuando se hayan dorado los solomillos los retiramos, reservamos y en el mismo aceite pochamos las verduras a fuego suave evitando en todo momento que se nos quemen y que se sobrecaliente el aceite.
  • Cuando las verduras están listas volvemos a meter en la cazuela los solomillos y añadimos el vinagre, el vino blanco, la pimienta, el laurel y la pizca de canela.
  • Dejamos que se cocinen a fuego lento durante una hora con la cazuela tapada dándoles la vuelta de vez en cuando si el escabeche no los cubre.
  • Los dejamos enfriar y los guardamos en la nevera dentro de un recipiente hermético o bien los podemos trocear, guardar en frascos y esterilizarlos para conservarlos más tiempo.

Ojo cuidao:
  • El tiempo de cocción puede ser mayor dependiendo del grosor de los solomillos.
  • Esta receta también queda bien, y más barata, con piezas de lomo.
  • Si vamos a guardar el solomillo como conserva, necesitaremos más escabeche para que el líquido cubra la carne en los frascos. Para ello sencillamente aumentamos en proporción el vinagre, el vino y en menor medida el aceite. Si ponemos mucho más líquido también pondremos más ajos, cebolla, zanahoria, pimienta y canela. Eso a ojímetro.
  • La plenitud de sabor de esta receta se alcanza dos días después de cocinarla, por lo que no es recomendable consumirla el mismo día que se cocina. Que no pasa nada, que está buena, pero si esperamos mejor. 
  • ¿Que se ha acabado el solomillo y todavía queda escabeche y te da lástima tirarlo porque te ha quedado muy rico? No hay problema, ese escabeche va muy bien para aliñar ensaladas.
  • La de la foto es una mayonesa tuneada con ajo en polvo y la verdad es que le iba muy bien al solomillo.
  • La Ley del Vino de Cocinar (así, todo en mayúsculas): no uses para cocinar un vino que no te beberías.

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